Arregla tu desmadre - reseña crítica

Una vez que enfrentas la realidad, puedes comenzar a moldearla a tu antojo. Eso es lo que pasa cuando arreglas tu desmadre. Y no es tan difícil como crees: solo necesitas una manera de pensar y de actuar diferente de aquella a la que estás acostumbrado.

Este libro llega a tus oídos para ayudarte a identificar lo que realmente quieres y no volver a mirar hacia atrás. ¡Anímate a tomar las riendas de tu vida!

Curso introductorio de despeje mental

Si te sientes abrumado por tantos pensamientos, es importante que sepas que despejar tu mente toma dos formas: descartar y organizar. El objetivo de esto es que te importen menos cosas y que estas tengan mayor valor.

Para sacarles provecho a tu tiempo, energía y dinero limitados, tienes que descartar las obligaciones que te molestan y hacerles espacio a aquellas a las que estás feliz de dedicarles tiempo, energía y dinero.

Arreglar tu desmadre es organizar lo que deseas y utilizar tu sabiduría no solo en las cosas que necesitas hacer, sino en las que quieres hacer y no puedes lograr, y que requieren un esfuerzo extra.

Necesitar o querer que te importe algo no es lo mismo que lograrlo. Para lograrlo efectivamente, también debes tener tu desmadre arreglado.

El desmadre

Es importante reconocer que no tener tu desmadre arreglado no te convierte automáticamente en una mala persona. Para la mayoría de nosotros, no tener nuestro desmadre arreglado es simplemente un estado inconveniente del ser, no un defecto de carácter.

Ganar es obtener lo que tú quieres de tu tiempo, lo que sea que eso signifique. Podría ser la casa, el trabajo, el auto, la pareja o el corte de pelo de tus sueños. Ganar sucede cuando traduces tus sueños en acciones y tus acciones modifican tu realidad.

Arreglar tu desmadre requiere tres pasos:

1. Crear una estrategia: establece un objetivo y haz un plan para lograrlo en una serie de tareas pequeñas y manejables. 
2. Enfocarse: aparta un poco de tiempo para completar cada tarea. 
3. Comprometerse: haz lo que tengas que hacer para terminar tus tareas.

Aquí te acercamos tres herramientas para arreglar tu desmadre:

• Desarrolla una estrategia, es decir, un plan de acción diseñado para conseguir tu objetivo. Lo bueno de una estrategia es que la puedes crear a la medida para ti y tu objetivo.
• Concéntrate en tareas pequeñas y manejables. Una a la vez. Date el tiempo y el espacio para hacer lo que tengas que hacer para acercarte a tu objetivo.
• Ubícate en tiempo y espacio: los grados de dificultad de las cosas se dan a lo largo de un continuo de metas alcanzables, aumentando de vez en vez. Si te pones un objetivo realista cuyos parámetros están bajo tu control, se puede lograr.

Fijarte metas no es aspirar a lo que quieres ser, sino ponerle fin a lo que no quieres ser. Puede parecer contradictorio, pero hasta que uno no se enfoca en lo negativo, no logra encontrar su camino hacia lo positivo. Aprovecha el poder del pensamiento negativo y canaliza tus sentimientos en acciones.

Los desmadritos

Vamos a comenzar con lo fácil, con las cosas con las que tienes que lidiar de forma regular, como llegar a tiempo sin distraerte revisando tu correo electrónico a cada rato. Una vez que logres controlar eso, la vida se vuelve infinitamente más fácil y placentera. Y luego puedes seguir con las cosas más grandes.

Establece objetivos realistas basados en lo que te molesta de tu vida, no basados en las medidas de alguien más, y comienza el proceso de sacar de allí lo que no te gusta.

Para las personas que no tienen arreglado su desmadre, nunca parece haber suficiente tiempo. Hay demasiadas cosas en la lista de tareas pendientes y muy pocas horas al día. Por ello, es aconsejable usar un calendario para saber en realidad cuánto tiempo toma hacer cualquier cosa.

El primer paso para mejorar tus habilidades y manejar el tiempo arreglando tu desmadre es cronometrarte haciendo las actividades diarias. El secreto no es acelerarse o calmarse, es crear una estrategia y enfocarte.

El tiempo es la nave nodriza donde dos fuerzas que compiten —la priorización y la procrastinación— descienden para crear orden o traer caos a tu vida.

La priorización es la mejor amiga de la estrategia. Darles mucha importancia a las cosas sin tener el suficiente tiempo, energía o dinero para dedicarte a ellas te mantiene con la agenda desbordada y agobiado.

Esto te lleva directo a un estado de ansiedad, pánico y desesperación. Aun cuando tengas que darles importancia a las cosas, no puedes hacer todas al mismo tiempo. Es en esos casos cuando la priorización viene muy bien.

Es importante utilizar una lista actualizada de tareas pendientes para todo lo que sabes que tienes que hacer en el futuro cercano, y organizarla de lo más urgente a lo menos urgente.

Así es el proceso mediante el cual conviertes tu lista de tareas pendientes en una lista de tareas imprescindibles. El método de las tareas imprescindibles consiste en:

1. Hacer una lista de tareas pendientes.
2. Priorizar los elementos basándose en la urgencia.
3. Mover los elementos que se tienen que hacer hoy a una lista de tareas imprescindibles.
4. Guardar el resto de las tareas para hacerlas mañana.
5. Repetir los pasos del 1 al 4.

Por otro lado, haz un diario de procrastinación, donde enlistes todas las cosas que te descubras haciendo esta semana para procrastinar lo que realmente tienes que completar.

Recuerda: una vez que puedes manejar tus prioridades, las puedes programar. Cuanto más tienes que hacer y menos tiempo crees que tienes, más necesitas crear listas de tareas imprescindibles en tu vida.

Hay un componente más sobre arreglar tu desmadre cuya importancia no puede ser ignorada: la fuerza de voluntad. Salir de tu burbuja mental de forma periódica para verte a ti mismo a través de los ojos de otra persona puede ser una forma no tan agresiva de entender las cosas de forma realista.

Si tienes problemas para juntar o mantener la fuerza de voluntad, sobre todo con los desmadres más difíciles, tal vez estés buscando de forma inconsciente que alguien más lo haga por ti.

Responsabilidad y relaciones

Ya sea con un amigo, un familiar o una pareja, las relaciones siempre caen en tres categorías: mantener, mejorar, disolver.

Mantener o mejorar requiere cierto esfuerzo. Por supuesto, no puedes enfocarte ni comprometerte con nadie si nunca estás disponible; por eso, en primer lugar, tienes que priorizar ver y hablar con las personas que te interesan.

Es perfectamente natural que algunas relaciones de amistad desaparezcan en el camino en cualquier etapa de la vida. El reto es mantener (o mejorar) las que en realidad son importantes para ti. El primer paso es ser honesto contigo mismo sobre si esa amistad vale la pena.

En las relaciones románticas, es aconsejable buscar una forma diferente de ser competitivo. No con la otra persona, sino contigo mismo. Trata de ser la mejor pareja que puedas ser, en todo sentido, a perpetuidad.

Si tu objetivo es la felicidad y la armonía, crea una estrategia: inventa nuevas formas para hacer sentir bien a tu persona especial.

Enfócate: pequeñas dosis de bondad diarias son mejores que un regalo grande. Por último, comprométete: di las palabras, haz las buenas obras y, en caso de duda, no escatimes en abrazos.

Las relaciones requieren tiempo y energía para prosperar. Pero si dedicas más de ese tiempo y energía a hacer cosas lindas por el otro, todo será más sencillo.

Para salir de las relaciones tóxicas, también es muy importante que puedas arreglar tu desmadre. Sin importar la complejidad de la situación, esta siempre puede ser partida en tareas más pequeñas y manejables.

Trabajo y finanzas

Esta sección no solo es sobre mantener tu vida laboral, sino también sobre cómo mejorarla, desde ascender jerárquicamente hasta aprender cómo disfrutar de unas vacaciones bien merecidas.

Sin importar cuál sea tu trabajo, si es una carrera tradicional o algo inusual y fabuloso, siempre habrá gente que tengas que impresionar para llegar a la cima.

Es importante que puedas comenzar a proyectar confianza al dominar algunas frases claves como: “No hay problema”, “Yo te cubro”, “¡Estoy en eso!”, y graduarte con “No me apodan ‘el resuelve todo’ por nada”. También puedes jugar a disfrazarte de una persona confiada.

Una cuestión crucial, que de seguro te parece difícil de realizar, es que deberías preguntar lo que tienes que hacer para conseguir lo que quieres. Es decir, preguntarles literalmente a tu jefe o a tus clientes.

Los aumentos y los ascensos se pueden abordar como cualquier otro objetivo, excepto que en este caso puedes pedirles a tu jefe o a tus clientes que te den una estrategia clara.

Cinco formas más en las que puedes demostrarle a tu jefe que tienes tu desmadre arreglado son:

1. Siguiendo sus instrucciones.
2. Reconociendo tus errores.
3. Siendo una persona proactiva.
4. Dejando este libro en tu escritorio.
5. No siendo insufrible.

Por otro lado, soltar las cosas que no puedes controlar es una parte enorme del proceso de despeje mental. Arreglar tu desmadre se trata de que lo que sí tengas que hacer sea más fácil y menos estresante. Apunta a delegar. Incluso mejor que decidir no preocuparte por las cosas que no puedes controlar es hacer que otras personas se preocupen por ellas.

Parte de delegar es no preocuparse por cómo se hacen las cosas, sino porque se hagan, y que no las hagas tú. Cuando se trata de proteger tu tiempo, tienes que establecer límites y hacer que se cumplan.

La forma más grande de delegar es, en muchos casos, contratar a un profesional. Arreglar tu desmadre se trata de admitir que no lo tienes arreglado en alguna área en particular y dejar de entorpecer tu propio camino, para que el mundo pueda avanzar alrededor de ti y tú puedas dejar de gastar tiempo y energía.

Desmadres profundos

Los desmadres profundos de la vida se arreglan y se barren con una tarea pequeña y manejable a la vez. No tener tu desmadre arreglado es autosabotaje puro y simple.

El miedo al fracaso se vuelve tan poderoso y tan agotador como el fracaso en sí, y puede ser paralizante. Muchas personas permiten que el miedo las ponga a la defensiva. Como resultado, pierden de vista su objetivo y el camino que se requiere para llegar ahí. La estrategia sale volando por la ventana.

Este miedo hace que el enfoque cambie de “a mí” hacia “todos los demás”. Y el único compromiso que se manifiesta es la creación de excusas sobre el propio comportamiento, en lugar de cambiarlo.

Cuando aceptas que el fracaso es una opción, tu energía se usa mejor. Plantéate y logra objetivos en el aquí y ahora en lugar de preocuparte por el fracaso de forma abstracta. El fracaso es simplemente algo que sucede.

En muchos casos, los desmadres profundos surgen de una lista de tareas pendientes que se evitan constantemente. Pero es importante que entiendas que es mucho mejor arreglar tu desmadre antes de que la nube negra anide permanentemente en tu cerebro, opacando todas tus necesidades, deseos y obligaciones con su sombra amenazante.

Por otro lado, intentar mantener el perfeccionismo es una estrategia contraproducente. No podemos dejar que lo perfecto sea enemigo de ganar.

Toda persona que haya tenido comportamientos autodestructivos de cualquier tipo reconocerá el sentimiento de saber que lo que está haciendo es poco saludable e insostenible, pero también, la impotencia de no poder cambiarlo.

Si estás batallando al punto de que ninguna combinación de estrategia, enfoque y compromiso puede mantener el desmadre a raya, el último consejo que tiene este libro para darte es que pidas ayuda. Está perfectamente bien sumar refuerzos.

Notas finales

Este libro trata de ordenar tu mente y entrenarte para pensar distinto sobre tu vida y cómo la vives, con instrucciones para obtener la máxima felicidad. Para lograrlo, tienes que considerar tus pasatiempos y los beneficios que obtienes al satisfacerlos, tan importantes como otras cosas que “debes” hacer.

Consejo de 12min

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